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domingo, 11 de octubre de 2009

Educación Sexual


Definición y conceptos:
La educación sexual es un proceso vinculado a la transmisión y formación de conceptos sexuales que producen a lo largo del tiempo actitudes, expresiones y conductas sexuales definidas, cuyos principales objetivos a nuestro juicio son los siguientes:


1. Estimular el desarrollo de actitudes positivas hacia sí mismo y la aceptación de la propia sexualidad. Incluye descubrir, conocer ydesarrollar una imagen positiva de sí mismo.
2. Aceptación del sexo opuesto, en un plano de igualdad y respeto. Los procesos discriminatorios que la sociedad históricamente ha incorporado, particularmente a la mujer produce daño y deben ser desterrados.
3. Incorporar valores como compromiso, respeto, fidelidad y amor con el objetivo de que el vínculo entre dos personas de distinto sexo pueda ser enriquecedora, complementaria, madura, perdurable, responsable y fiel.
4. Incluir la preparación para los cambios físicos y psicológicos que pronto ocurrirán con el devenir de la pubertad. Los menores no deben sorprenderse cuando ocurra la menarca o las primeras emisiones nocturnas. Las características sexuales secundarias descolocan al
menor y son fuente de incertidumbres y miedos. ¿Seré normal?. ¿Qué me está pasando?. Son preguntas que angustian. El niño debe reconocer que todos estos cambios son normales. La educación sexual debe proporcionar seguridad y contribuir positivamente en su desarrollo.
5. Advertir la existencia de abuso sexual. La información adecuada y a tiempo podrá protegerlo de situaciones nefastas a las que no está preparado. El menor debe aprender que tiene partes íntimas que le pertenecen y sobre las cuales nadie tiene derecho sino solo él.
6. Brindar educación sexual para satisfacer su natural curiosidad. La curiosidad sexual en los primeros años de vida es normal. El sexo es un tema como cualquier otro. Las actitudes negativas comienzan a surgir cuando tiene dudas y nadie sacia su necesidad de información.


En suma podemos indicar que el desarrollo sexual del menor y su construcción educativa debe desembocar en el logro de su madurez.
La Prof. Dra. Irma Gentile-Ramos en su libro Puericultura y Pediatría Social menciona que “la maduración sexual no es solamente un acontecimiento orgánico ligado a cambios morfológicos y psicológicos ni a determinadas aptitudes”, “es fundamentalmente un logro afectivo y social: la aceptación de la sexualidad corporal, la interiorización de los conceptos, las actitudes y el comportamiento acordes con un “rol” sexual determinado (masculino o femenino), la capacidad de dar y producir amor, la aptitud de formar pareja con un ser de otro sexo y de la misma generación y de unirse “para la felicidad y el infortunio”, con un sentido maduro de responsabilidad individual y social y la potencial capacidad de concebir y criar hijos”.


Los padres y la familia a través de su gestión educativa tienen el privilegio y la responsabilidad de contribuir con este rol.


Rol de la familia
Diversos son los factores que intervienen en la educación sexual, pero son los padres quienes a través de su conducta, actitudes y transmisión de conceptos influyen sobre el menor, aunque no siempre de la forma más adecuada.

Los padres siempre brindamos educación sexual desde el momento que el niño nace. Nuestras acciones u omisiones, los gestos y expresiones al momento de encarar el tema, son factores que influyen y determinan nuestra intervención educativa. La valoración del sexo y el cuerpo de nuestros hijos, las actitudes que tenemos hacia sus genitales, la forma como manejamos el control de sus esfínteres, la aceptación o no de toda su persona son algunos de los múltiples factores por los cuales los padres influirán en sus conductas sexuales.
Los padres tenemos derecho a no saberlo todo, pero debemos ser conscientes que nuestras actitudes serán siempre mensajes docentes para nuestros hijos.
Ya veremos que las primeras impresiones de solidaridad, honradez, respeto por su vida, aceptación y estima adecuada serán bases sólidas para desarrollar buenas actitudes sexuales. Si por el contrario las primeras experiencias familiares están cargadas de maltrato, abuso,
discriminación de género, violencia familiar u otras expresiones de patologías sociales y familiares, serán un caldo de cultivo para que en su vida adulta reproduzca los mismos males que ha vivenciado.


Si medimos la educación sexual en términos de resultados concluimos que aun queda mucho camino por recorrer. Los indicadores de desajuste personal y social, son el producto de factores multicausales que se agravan ante una inadecuada intervención familiar. Ejemplo de ello son enfermedades de transmisión sexual, abortos, embarazos en adolescentes, madres niñas, familias monoparentales, aumento de prostitución infantil, violencia, abuso sexual, etc. La lista es muy vasta. Esto motiva a buscar brechas que faciliten una correcta docencia con relación al tema.
Diversas ventajas sobrevienen a partir de una educación sexual que tiene una participación positiva de los padres:
1. Si un menor maneja suficiente información, no la buscará en otras fuentes como la pornografía, medios de comunicación, de sus pares, etc.
2. Hablar de sexualidad con los hijos es demostrarles que la misma es un aspecto normal de la vida humana. Esta es una forma de desmitificar la sexualidad, ella forma parte de la cotidianeidad.
3. La educación sexual está atravesando una importante crisis. La información sexual que proviene de profesionales o docentes especializados está siempre sesgada por la filosofía de quien lo imparte y es natural que puedan tener una manera de pensar distinta de la que tienen los padres. Cuando éstos imparten información sexual están transmitiendo valores que según entienden son los mas apropiadospara sus hijos. Nuestra intervención adecuada impide que los menores estén a merced de vientos y tendencias que los confundan.

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