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sábado, 11 de octubre de 2008

CAUSA DE TENSIONES




Con demasiada frecuencia las tensiones entre los padres y sus jóvenes llegan al punto de romperse. Algunas de estas tensiones provienen de las presiones de la sociedad moderna. Otras vienen del carácter, la moral y la vida cotidiana de los padres tanto como de los adolescentes. Veamos algunos de los aspectos de estas tensiones.



1. Presiones de la Sociedad
El mundo moderno, especialmente en las ciudades, ha influenciado en gran manera la relación entre los padres y sus hijos, en tanto que, en una sociedad agrícola, una generación sigue a otra sin rupturas ni desajustes mayores. Los familiares trabajan lado a lado y comparten la vida en un sentido casi total. Pero en la vida urbana, el paso del joven al mundo de los adultos es mucho más
confuso. Máximo García Ruiz observa que se alarga la fase preparatoria para la profesión debido al énfasis en la educación, lo cual produce un desajuste entre el estado adulto corporal y social. Lo cierto es que "los jóvenes y los adultos tienen pocas ocasiones de establecer relaciones mutuas dirigidas a objetivos conjuntos, de encontrar papeles comunes en los que ambos puedan participar.



En consecuencia, los adultos tratan frecuentemente a los jóvenes de una forma caprichosamente diferencial; como a niños irresponsables o como a adultos inmaduros."
También, la sociedad ofrece múltiples oportunidades y crea ciertas presiones para experimentar la nueva libertad que todos los jóvenes desean. Los medios de comunicación masiva y su ambiente instan a que tomen una constante dosis de violencia, sexo, drogas, alcohol, fantasía, etc. De modo que los valores de los jóvenes sufren grandemente en el período de su transición a ser adultos.
Esto no es decir que los adultos no han sido influenciados por estos elementos de persuasión que existen en nuestro medio.
Todos los cambios sociales y culturales han traído sus huellas sobre la relación entre los padres y sus hijos adolescentes, pero esto no es de descartar la responsabilidad personal que cada uno tenga por sus hechos. Tanto los padres como los mismos adolescentes figuran en las causas de las tensiones que caracterizan la mayoría de los hogares, aun los de los cristianos. Todos tenemos que reconocer los verdaderos valores cristianos que andan en contraposición con muchas de las presiones e influencias debido a que se conforman a este siglo. (Romanos 12:1, 2.) Hay que ejercer la voluntad y la bondad para poder estrecharse el uno al otro en humildad.



2. Los Padres
Generalmente los padres contribuyen a las tensiones en la relación con los adolescentes. A veces algunos padres que tienen hijos adolescentes, simultáneamente están sufriendo cambios fisiológicos (como la menopausia), y esto dificulta su capacidad de relacionarse con los vástagos.




Además, muchos padres llevan cargas pesadas de responsabilidad económica fuera del hogar, a
veces simplemente para sostener a la familia; y esto trae tensiones internas que se ven en todas las relaciones, incluyendo las de ellos con sus adolescentes en la casa.
Si uno de los padres tiene una inestabilidad moral, como algo de su pasado que no resolvió por no desarrollar una posición firme, puede causar dificultades en guiar a su propio hijo o hija cuando llegan a enfrentar los mismos problemas. Si uno ha guardado, aun secretamente, sentimientos bajos en cuanto al sexo, se hallará incomodísimo tratando de guiar a sus adolescentes cuando encaren las mismas tentaciones y manifiesten los mismos problemas.



Muchos padres no están preparados para la experiencia de los cambios rápidos que notan en sus hijos jóvenes. Saben que los adolescentes pasarán por un período de transición muy marcada pero no saben qué hacer en su propio caso. Tienden los padres a mirar a un adolescente con su cuerpo desarrollado como si fuera un adulto ya, pero no es adulto, sino es parte adulto y parte niño todavía. El adolescente suele fluctuar entre estas dos realidades. A veces es más adulto y a veces es más niño. Esto resulta frustrante para los padres que desean saber cómo tratarle. Luego entraremos en algunas sugerencias al respecto.



3. El Adolescente
El mismo adolescente es causante de gran parte de las tensiones en las relaciones que tiene con sus padres y sus compañeros, debido básicamente a la inestabilidad característica del período de transición entre ser niño y ser adulto. Elementos especialmente desconcertantes para los padres son los cambios emocionales repentinos de los jóvenes, la rebelión contra la autoridad de los
padres, el rechazo de las creencias e ideales (que como niños aceptaban sin cuestionar), y la tendencia a querer más libertad cuando no demuestran un sentido de responsabilidad.
Vale la pena tratar de entender algo del desarrollo característico de la adolescencia. Muchos padres y maestros de jóvenes necesitan tener claro en sus mentes lo que pasa con los adolescentes, para poder estar motivados a querer ministrarles y guiarles.

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